Llevo escuchando música muchos años. Muchos. Y no deja de fascinarme la sensación de que cada vez hay más y más y más canciones que pasan desapercibidas en un mundo en el que prima lo comercial y aísla lo alternativo. Y no es el camino que me gusta seguir. Hace ya algún tiempo que dejé de enfadarme por esas cosas. Sobre todo porque, siendo sinceros, yo también tuve mi momento comercial, mis discos patrocinados por las radio fórmulas y mis bailes mimetizados. Estuve tarareando años estribillos pegadizos carentes de lógica y me maravillaba las cantantes clonadas que se remplazaban una por otra una vez consumida su magia. Y entonces se abrieron nuevos caminos y un grupo como los Planetas me golpearon de un modo tan violento que aun duelen los hematomas de ese cambio.
Y me gusta esa sensación.
Este blog no pretende más que la ayudar a la difusión de esa música cuya única particularidad, y me parece suficiente, es que me gusta. Me gusta como suena, me gusta las sensaciones que me producen determinadas canciones, sus propuestas arriesgadas o sus ganas de diversión. Poco más se encontrará en estas páginas. A mi me basta. La música referida en las entradas será la misma que escucho habitualmente en spotify y, como tal irá enlazada a mis propias listas de reproducción que genero cada mes y que me acompañan allá donde me muevo. Espero que haya allí, delante del ordenador o dispositivo móvil alguien que sepa sacarle provecho a lo que publique de la misma manera que yo escarbo en tantos y tantos blogs que me han ayudado a formarme como lo que soy ahora mismo.
Están invitados a disfrutar de la música. Créanme, vale la pena.
